Nunca pensé que sería una de esas.
Cuando nació mi hijo tuve muy claro desde el primer instante que quería darle el pecho, era y es lo mejor que podía ofrecerle, le costó descubrir donde podía conseguir su alimento y se ponía nerviosisímo si no había tranquilidad alrededor de él, veía a otras madres que sin ningún problema amamantaban a sus hij@s con tanta tranquilidad y naturalidad que me parecía algo inalcanzable para nosotros. Después de casi 8 meses decidió que no quería mas y yo me quedé muy frustrada por la decisión que tomó.
Para solucionarlo vino a mi vida mi hija, mi loba, aprendió a mamar en un instante y decidió, con buen criterio, que ello le daría la vida. Desde que nació no perdona una toma, lactancia materna exclusiva hasta los 8 meses y desde entonces va intercalando alimentos en esas tomas. No importa dónde nos encontremos, ni el ambiente, ni nada de nada, necesita comer y lo pide, así es que debo darle donde me encuentre y saciarla. Cosa impensable en mi hijo, por su parte y por la mia. Ahora ella pide y mi mente está tan relajada que ayuda a que le de el pecho en cualquier sitio.
Por eso nunca pensé que sería una de esas, sí, una de esas que alimenta a sus hij@s donde sea necesario y que disfruta haciéndolo, doy gracias a mi hija por venir a enseňarme que era posible y que lo haremos cuándo y dónde lo necesite, de momento son ya casi 10 meses y no veo que tenga fecha de caducidad.
Me alegro de ser una de esas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario